Limonada casera, la mejor que has probado nunca

Hace ya algunos años, durante una calurosa primavera, nos encontramos en casa con una inusual producción de limones, de golpe teníamos docenas y docenas de limones a nuestra disposición y poca idea de qué hacer con ellos.

Se nos ocurrió hacer limonada casera, pero los primeros intentos fueron bastante decepcionantes: sabor y demasiada acidez, o menos acidez y poco sabor, no conseguimos hacernos con una receta redonda, algo no nos cuadraba bien, así que comenzamos con un largo proceso de experimentación que nos llevó a la receta que te presentamos.

Como sabréis ya a esta altura soy un gran aficionado a la coctelería, sobre todo a la coctelería clásica, creo que los cocteles creados durante el periodo de oro de la coctelería, y que han resistido el paso del tiempo, están basados en técnicas sencillas pero muy precisas, y en principios de utilización de los ingredientes muy honestos, con grandes resultados.

Y de ahí surge la idea de utilizar un método que es usado en coctelería para dotar a un ponche de un sabor cítrico sin igual, el óleo saccharum, una simple pero ingeniosa preparación que utiliza azúcar para extraer los aceites esenciales de la piel de los limones (u otros cítricos) y convertirlos en un sirope de una profundidad y complejidad aromática que no se encuentra en el zumo de los mismos. Si quieres saber más sobre el óleo saccharum tenemos un post dedicado solo a él, y lo puedes ver aquí.

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